BIOOCTANIC TOWER.
El cultivo de alimentos a pequeña escala pero cerca de los núcleos urbano está cobrando en los últimos años cada vez más importancia y no sólo por la calidad que va asociada a una agricultura menos industrializada, sino por el impacto medioambiental que va asociado al transporte de estos bienes de consumo. Sólo tenéis que pensar el gasto en carburante que se ha necesitado en traer unos espárragos desde China o Perú, frente a la huerta situada a pocos kilómetros de la puerta de vuestra casa.
Precisamente esto es lo que han querido afrontar en su último proyecto los arquitectos croatas de UPI2M, en el que se nos presenta un nuevo tipo de gasolineras, unas que cultivarían de forma vertical el combustible que más tarde saldría por sus surtidores. A los conductores más despistados les serviría además para localizar la estación de servicio más próxima, ya que estas estructuras son fácilmente localizables gracias a su altura.
Dentro de la acristalada fachada crecerían microalgas y bambú, que después se podrían adquirir a tan sólo metros de donde han sido producidos. Además con esto se consigue que el cultivo de estos combustibles no ocupe terreno fértil que se usaría para el cultivo de alimentos para el consumo humano. Las microalgas parecen ir tomando fuerza en el ámbito de los biocombustibles y es la opción que ha elegido Exxon entre otras petroleras como posible sustituto del petróleo.
Además de ahorrar en costes de transporte, estas edificaciones aportan oxígeno fresco al cargado ambiente de las grandes ciudades y sus cosechas no dependen del clima, como puede ser el caso del maíz, ya que dentro de la estructura se tiene un completo control sobre las condiciones de temperatura y humedad a los que están sometidos los cultivos.
La gran pregunta sobre la rentabilidad de estos cultivos llega una vez más al ver la fuerte embestida de los coches eléctricos y de hidrógeno cuya sombra en el mercado ya se puede apreciar en cualquiera de los grandes salones del automóvil, pero por muy fuerte que sea su entrada en los concesionarios, renovar la flota de un país no es algo que se haga de un día al otro y cualquier mejora en las emisiones siempre es bienvenida.
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