FERRARI DA LA BIENVENIDA A ALONSO.
Valencia el escenario elegido para presentar a Fernando Alonso. «Bienvenido y suerte, Fernando, el 2010 será muy diferente», le prometió mirando para Stefano Domenicalli, el jefe del equipo de F-1. Tras pasearse en un California rojo descapotable junto al presidente y su nuevo compañero, Felipe Massa, el nuevo líder de la Scuderia prometió «trabajo junto a Felipe para conseguir el campeonato en el 2010». Su objetivo está claro: «Que todos los ferraristas de todo el mundo se sientan orgullos de nuestro trabajo y nuestra profesionalidad».
Montezemolo era el encargado de conducir el Ferrari California rojo, con Massa y y Alonso sentados sobre la capota escamoteable saludando a los 18.000 seguidores que se dieron cita en Cheste. En su intento de acercase a ellos en la grada, Montezemolo llevó el coche a la escapatoria de arena, donde quedó varado en una estampa cómica agravada al ver a Massa empujando el Ferrari. Francisco Camps, el presidente de la Generalitat Valenciana, conducía otro California azul tras ellos –«¿Te lo han regalado también?», le gritaron desde la grada con sorna– con Rita Barberá, la alcaldesa, de copiloto. Massa, Alonso y Montezemolo se subieron al asiento trasero para completar la vuelta.
Alonso, que había visitado la fábrica de Maranello la semana anterior en un acto privado, se mostró «feliz en un día para disfrutar del mundo Ferrari. Estoy impresionado por el espíritu Ferrari». Departió con los participantes en las diferentes competiciones que celebraron en Valencia sus finales, además de los afortunados que conducen los coches de F-1 de los últimos 15 años. También se interesó por algunos de los coches emblemáticos de la casa que habitualmente se encuentran en la sede de la firma italiana de Maranello, y, sobre todo, por antiguos monoplazas de F-1 de la escudería transalpina, en especial, por el que utilizó en 1990 el francés Alain Prost, cuatro veces campeón del Mundo de F-1. Al poco de llegar a las instalaciones del trazado valenciano, sobre las diez de la mañana, se corrió la voz de su presencia en Cheste, lo que propició carreras de los aficionados por acercarse a ver al doble campeón del mundo, que presenció alguna de las carreras de esta reunión. También pudo departir con Felipe Massa, con el que compartirá box la próxima temporada, así como Marc Gené, probador de la marca y Stefano Domenicalli. Vestía un polo negro de su marca (Faster), aunque para dar la vuelta en el coche se colocó un jersey rojo, el color que inundó Valencia este fin de semana.
El rojo vistió en la noche del sábado el Palau de les Arts, en cuya fachada lucía un enorme cavallino y al que cientos de invitados llegaron por casi un kilómetro de alfombra roja. Algunos pagaron 2.800 euros por la cena y una plaza para aparcar su Ferrari, otros eran invitados de la Generalitat, del ayuntamiento o del Banco Santander, que patrocinaron la fiesta en la que Barberá pidió el apoyo de Emilio Botín para la Copa del América.
Ferrari es una máquina de producir dinero, es obvio, pero ahora tiene que construir un coche ganador, tras uno de los peores años en la F-1. «Llevamos trabajando en el nuevo coche mucho tiempo al ciento por ciento, y estoy convencido de que haremos un vehículo competitivo para luchar por el título el próximo año», explicó Marc Gené.
Lástima que los problemas de Renault con ING no permitieran que Ferrari pudiera disponer de Alonso al completo para este acto, como estaba previsto desde el verano. Ni se pudo vestir de rojo, ni pilotar un monoplaza como hicieron Marc Gené, Luca Badoer, Giancarlo Fisichella y Felipe Massa, un espectáculo de cuatro Ferrari en pista que sirvió de colofón a la fiesta.
Fernando Alonso debía conducir el quinto. Aun así, el espectáculo sirvió para que Massa se subiera al F60 con el que había sufrido un grave accidente en Hungría 130 días antes. «Para mí es un día muy importante. Todo vuelve a su sitio. Ahora solo pienso en trabajar para disponer de un coche ganador. Creo que junto a Fernando Alonso formamos la mejor pareja de pilotos en la mejor escudería y con el mejor coche», aseguró esperanzado el piloto brasileño.
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