COCHES HÍBRIDOS POR LAS CARRETERAS ESPAÑOLAS.
Miguel Sebastián aspira a que para 2014 ya circule un millón de vehículos puros o híbridos por las carreteras españolas- empiezan a contar con el imprescindible respaldo tecnológico y de las compañías implicadas.
Tanto de las de automoción, que semana tras semana presentan en las ferias internacionales sus prototipos, como de las eléctricas, una pieza clave para generar, pero también para suministrar, la energía que los nuevos vehículos demandarán.
El ministro pudo comprobar ayer de primera mano esta realidad, en el transcurso de la reunión a la que convocó a representantes de administraciones públicas y empresas privadas para debatir sobre el futuro de este tipo de transporte. El Ministerio, en colaboración con la iniciativa privada, presentará en el primer trimestre del próximo año un plan integral para el desarrollo y la implantación del vehículo eléctrico en España.
Como un favorable punto de partida, la potencia de generación en estos momentos es incluso excedentaria, suficiente para atender las nuevas necesidades, y el desarrollo de la red española de distribución ya está capacitada para dar servicio a más de dos millones de vehículos de estas características, pero de momento sólo cuando la carga de sus baterías se realice de forma lenta y en horas valle, especialmente por la noche.
Por ello, se trata de un solución temporal. Falta, pues, que las distribuidoras eléctricas tejan la imprescindible red de puntos de recarga, reto que ya encaran en el seno de numerosos proyectos de I+D.
El despliegue por parte de la Administración de una serie de ayudas de apoyo, como el Plan Movele, debe impulsar las soluciones para las necesidades técnicas de las infraestructuras de suministro energético, que debe ser accesible, asequible y seguro, y para ello su implantación ha de ser racional y seguir un calendario gradual y lógico.
Es previsible que el proceso comience en 2011, con la adquisición de estos vehículos para grandes flotas industriales, que puedan recargarse en un garaje común, o a través de la venta de utilitarios a usuarios con garaje particular, capaces de instalar su propio punto de recarga.
Aunque el coche eléctrico es una oportunidad para las empresas, las prisas no son buenas consejeras. El Gobierno y las compañías realmente implicadas deben garantizar un producto fiable, económico y sin barreras, porque el objetivo de acelerar la realidad del coche limpio en las carreteras españolas requiere en última instancia crear un producto atractivo para el consumidor.
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