EL 52.5 % DE LAS VÍAS RÁPIDAS ESPAÑOLAS, POR DEBAJO DEL NIVEL ÓPTIMO.
Una auditoría realizada sobre 14.000 kilómetros de carreteras revela que el 52,5 de las vías rápidas españolas está por debajo del nivel óptimo de protección al usuario en caso de accidente.
La investigación ha sido realizada por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) como parte de los trabajos del EuroRAP, consorcio independiente en el que participan varios países europeos que somete a las carreteras del Continente a un continuado estudio sobre su seguridad.
En este caso, la auditoría ha sido realizada sobre la seguridad pasiva de la red viaria española de alta capacidad, es decir sobre el diseño de las medianas, las protecciones laterales y el diseño de las intersecciones.
Con metodología del laboratorio de transporte británico TRL y de la autoridad sueca de carreteras, la subvención del Ministerio de Fomento y la colaboración de Mercedes Benz, el RACC ha auditado 14.000 (7.000 en cada sentido) kilómetros durante cuatro meses, entre noviembre de 2005 y febrero de 2006, lo que representa el 27% de la movilidad.
Pere Sauret, director técnico de la Fundación RACC, dijo en rueda de prensa celebrada en Madrid que "no es aceptable" que exista una cantidad elevada de vías por debajo del nivel óptimo, que sitúa a España en la peor posición respecto a los países que ya han realizado este tipo de estudios, es decir, Suecia, Alemania y Reino Unido, por este orden.
El estudio de las medianas, cuyo diseño puede evitar las colisiones frontales, ha dado como resultado que el 11,5 de la red presenta importantes deficiencias.
En materia de protección lateral el suspenso a la red llega al 27,9%, siendo los principales problemas en este apartado los obstáculos rígidos a escasa distancia de la carretera y la falta de sistemas de contención.
En las intersecciones, generalmente abandonos e incorporaciones a la vía, prevalece de manera notable un buen diseño, ya que sólo el 7% no está en el nivel adecuado, de manera puntual, explica el RACC en el informe, se detectan puntos mejorables en las zonas periurbanas de acceso a las grandes ciudades, sobre todo en la comunidad de Madrid.
La Rioja, el País Vasco y Andalucía son las comunidades que, por este orden, presentan las la mayor proporción de carreteras en peores condiciones de seguridad, en tanto que La Rioja, Toledo y Lleida, son las provincias que cuentan con mayor proporción de tramos peligrosos.
Los peores recorridos se encuentra en la AP-68 (Bilbao Zaragoza), la A-5 (Madrid-Extremadura), la AP-4 (Sevilla-Cadiz), la A-42 (Madrid-Toledo), la AP-6 (Madrid-Segovia), la A-4 (Madrid-Sevilla), la A-2 (Madrid-Barcelona), la A-62 (Tordesillas-Oñoro), la A-7 (Alicante-Andalucía) y la A-49 (Sevilla-portugal).
Los mejores recorridos están en la A-30 (Albacete-Cartagena), la A-31 (Almansa-Alicante), la A-381 (Jerez-Los Barrios), la AP-66 (Campomanes-León), la AP-2 (El Vendrell-Zaragoza), la A-23 (Sagunto-Somport), la A-231 (Alicante), la A-52 (Benavente-Porriño), la AP-9 (Ferrol-Tuy) y la AP-7.
Ante esta situación, el RACC formula una serie de recomendaciones a los usuarios y a las administraciones públicas. A los primeros, el consejo general se refiere a la moderación de la velocidad en los tramos identificados como de baja protección.
Y a la Administración le pide un aumento de la inversión en mantenimiento, el cuidado de la calidad y la implantación de forma permanente de las inspecciones de seguridad vial.
Agencias
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