RENAULT LAGUNA 1.5 DCI 110 CV: PEQUEÑO ENTRE GRANDES
Madrid, (EFE).- La tercera generación del Renault Laguna representa para la marca del rombo el termómetro de un desafío por la calidad contenida en su programa 2009 y que pretende devolver ese prestigio que se traduce en una mayor clientela, al fin y a cabo, la razón de ser de una firma generalista.
La grandeza buscada por la marca francesa con su berlina de referencia tiene como diana la consecución de situar este coche entre los tres del segmento mas vendidos en Europa, un objetivo ambicioso, nada sencillo.
En esa pretendida grandeza se combinan, sin embargo, recursos mecánicos mucho más modestos que dan como resultado una versión llena de atractivo.
Para concretar, la prueba se ha efectuado sobre un motor diesel dCi de 1.5 litros, con 110 CV de potencia, que sorprende por la vivacidad de su comportamiento general, pese a la limitación numérica de sus características, aparte de un gratificante silencio de ruta. Sustituye a otro dCi de la misma potencia, pero con 1.9 litros de capacidad que abría el ciclo diesel en la gama anterior.
Este nuevo Laguna, pues, remonta muchos puestos en cuanto a calidad, materiales, acabados y hasta servicio posventa en relación al modelo que sustituye y, sobre todo, ha dejado en la complejidad electrónica que le rodea una imagen de fiabilidad que no se dio en su antecesor, muy lastrado por las improvisaciones que dieron lugar a disfunciones como la tarjeta de apertura.
Si alguien espera en el nuevo Laguna diseños revolucionarios, que desespere, pues lo cierto es que esta evolución es mucho más conservadora que la anterior. Se recuperan formas más tradicionales y el resultado final es el de una berlina con menos originalidades, pero con unas líneas más acordes con lo que se estila en este segmento, sobre todo en las últimas novedades.
Por delante, figura un capó muy liso con pronunciada inclinación de arriba a abajo, que culmina en un muy grande spoiler con la toma de aire y el alojamiento de los faros antiniebla. La iluminación estándar ocupa una parte importante del capó.
La vista lateral la perfila una línea de cintura en subida muy sutil desde el primer al tercer pilar, dejando libre huecos suficientes para que la superficie acristalada deje una muy buena panorámica.
En la trasera el gran portón deja paso a un maletero exiguo (pese a sus 20 litros de más) para las bazas que han jugado otras marcas en el "redimensionamiento" de sus modelos de este segmento.
Concretamente, este nuevo Laguna alarga 8 cms su longitud (hay 3 cms más en anchura), pero una vez dentro del coche, apenas se nota, porque no hay una percepción grande de ganancia de espacio. No es, ni mucho menos, que el pasaje viaje abigarrado, es más hasta hay una buena distancia entre filas de asientos, pero en el retorno a las comparaciones con otras berlinas nuevas, el Laguna no aporta las mejores notas.
Eso sí, la calidad de los materiales y los equipamientos superan muy de largo los del modelo anterior. Hay una muy mejorada terminación y los acabados se han optimizado sobremanera. Aunque en el obligatorio y necesario objetivo de reducción de costes, en algunas zonas se deja ver algún que otro exceso de plásticos.
La comodidad y el recogimiento lumbar de los asientos facilita una conducción muy agradable en todo momento, incluso por zonas sumamente viradas. Desde esa posición hay una muy buena accesibilidad manual y visual a la instrumentación del coche.
Las mejoras estructurales del nuevo Laguna se centran en los trabajos del chasis que reduce su peso en unos 17 kilogramos.
Operaciones como la nueva geometría de las suspensiones, con unas barras estabilizadoras de más grosor y muelles más rígidos, hacen que circular con este coche sea todo un ejercicio de sencillez porque la pisada es sumamente uniforme, sin dejar traslucir el más mínimo balanceo; y por si quedaba algo sometido a la improvisación, la dirección, gracias a su columna más rígida, coloca el coche en el ángulo exacto de trazada, además con una dureza muy bien adaptada a los movimientos de volante.
Otro protagonista, aunque éste haga versión, es el motor. Es el escalón inicial en el ciclo diesel de la gama. Se puede pensar por sus registros que queda algo corto para una berlina del segmento medio-alto como este Laguna. Hay momentos en que cumple con el apriorismo.
Por ejemplo, en las subidas pronunciadas llama a mover la caja de cambios con reducciones para que no se ahogue. En una ruta más llana exige moverse en altos desarrollos, rozando las 3.000 revoluciones es cuando demuestra su contenido poderío, pero ceja en la entrega de potencia allá por las 4.500. No es un coche explosivo en aceleraciones y recuperaciones, pero tampoco es perezoso.
El propulsor es una opción muy interesante por otras prestaciones de orden económico y medioambiental. Sumamente comedido en el gasto de carburante, durante la prueba se dejó menos de siete litros. Las emisiones de CO2 le ayudan de cara a lo ahorros de la nueva imposición en el trámite de la matriculación. Se ha ganado el distintivo ECO2 de la marca como coche altamente ecológico.
Por precio, se suma al promedio de la competencia, pero despunta por su alto y generoso equipamiento de serie y por algunos añadidos no desdeñables como la plena garantía durante tres años ó 150.000 kilómetros.
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