LOS AVANCES DEL COCHE ELÉCTRICO.
«No se pueden tapar más los avances del coche eléctrico»
Este profesor de Delaware ha desarrollado un prototipo con una batería capaz de suministrar electricidad a la red
Kempton, el cerebro gris del coche V2G. /M. ATRIO
Es el cerebro en la sombra de una de las últimas sensaciones en torno al coche eléctrico, un vehículo cuya batería eléctrica de uso es capaz de suministrar corriente al coche al tiempo que, en los periodos de reposo, alimenta y abastece por sí mismo de electricidad a la red general. Acaba de presentar los detalles del prototipo en unas Jornadas sobre Equipos Eléctricos organizadas por Tecnalia en Bilbao.
-¿Es una utopía soñar hoy por hoy con una implantación masiva del coche eléctrico como sustituto para el vehículo de gasolina?
-No es un sueño, es una necesidad porque no hay petróleo suficiente para todo el mundo de forma ilimitada. Además, la electricidad es una forma de energía más ecológica y eficiente porque la mayoría de la energía llega mediante el movimiento del vehículo, no por la combustión como las gasolinas.
-¿Pero es realista pensar que se va a sustituir el coche de gasolina?
-Yo manejo uno ya, el prototipo que hemos desarrollado, el V2G (vehículo a red). Usa la capacidad que tienen las baterías de los coches para almacenar energía y devolverla y suministrársela a la propia red cuando la necesite bien sea por contratiempos, apagones... Muchos coches en un país entero suministrando a la red significarían una capacidad generadora nada desdeñable. porque nuestro coche permite el flujo de electricidad desde la batería del automóvil hacia las líneas de distribución eléctrica y viceversa.
-¿Es esa la principal novedad que introduce su prototipo?
-Es que es algo más que un vehículo, es una idea, un concepto de futuro. El coche alimentando a la propia red suministradora, en la línea de la energía solar. La tecnología funcionará a gran escala ya que por término medio el 95% de todos los automóviles están estacionados en un momento dado; el uso diario de un automóvil en países como EE UU es de una hora al día como promedio.
-¿Se trataría de aprovechar ese tiempo muerto del coche?
-Un automóvil de gasolina estacionado no realiza ninguna tarea. Si existe una batería que almacena electricidad y un enchufe capaz de alternar rápidamente entre la emisión o la recepción de energía, entonces el automóvil estará trabajando incluso cuando esté aparcado, y resultará más valioso que un automóvil de gasolina convencional. Yo tengo ya un gran enchufe en casa y otro en la universidad. Es un enchufe de 240 voltios que permite la recarga completa de la batería, con autonomía para unos 200 kilómetros, en sólo dos horas. Pero un enchufe más pequeño de 110 voltios, el estándar en ciertos países, también proporciona una carga completa, aunque después de funcionar durante unas 12 horas.
-¿Cuál es el principal problema al que se enfrenta el coche eléctrico para su implantación?
-El principal que las grandes compañías y grandes fabricantes de coches no están todavía acostumbrados y preparados para fabricarlos a gran escala. El segundo es la pila, la batería, que no tiene duración suficiente para hacer funcionar el coche. Hablo de su longevidad, de su vida efectiva, de su durabilidad. Pero eso es algo que se puede resolver investigando. Sólo es cuestión de tiempo su desarrollo.
-¿Considera crucial el apoyo de las administraciones con dinero público para lanzar el coche eléctrico como alternativa factible?
-Sin duda. En Estados Unidos se trabaja ya con el cálculo de producir un millón de vehículos eléctricos para 2015 siempre contando con dinero público.
-¿Otro problema es que no se ha dado con un modelo único de coche eléctrico, que se trabaja en prototipos cada uno distinto y no se ha logrado unificar modelos que permitan su irrupción en el mercado a gran escala?
-El primer paso es contar con una instalación y suministradores para el coche a gran escala instaurados en múltiples lugares de repostaje. Mi coche, por ejemplo, puede recargarse con un enchufe de los ya existentes para grandes maquinarias, pero sus prestaciones son bajas comparado con su potencial: para recibir gran potencia eléctrica eso no está desarrollado tecnológicamente, porque permitiría cargas, recargas y alimentaciones más rápidas. Que no se tarde toda una noche sino poder hacerlo en una hora.
-¿Y pesa también la rentabilidad?
-Hasta que no se vea claro ese aspecto probablemente no llegará su definitiva implantación, como en tantos otros aspectos. Interesa que no contamine pero también que interese económicamente, tanto al usuario como al productor, porque el usuario cobrará por la electricidad que suministra a la red.
-¿La industria no se implica más porque teme que sea costosa su producción en serie?
-Hacer un coche eléctrico es caro porque hay pocos y sus componentes, la electrónica de potencia, también lo son. Pero sólo es cuestión de innovación tecnológica y de avanzar en las investigaciones.
-¿Las petroleras mirarán con buenos ojos el que podría ser el final de su hegemonía de negocio?
-Hay compañías que se resisten a este tipo de propuestas porque no están en el negocio, pero no son sólo empresas petroleras. Creo, con todo, que es muy difícil para ellos tapar ya o evitar que se conozcan todos estos avances; pero si pueden, lo seguirán haciendo. Que no quepa duda. Pero no se pueden tapar más sus avances.
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