LOS COCHES LIMPIOS PROPICIARÁN EL REFUERZO DE LA RED ELÉCTRICA.
La estabilización de la demanda de recarga nocturna de vehículos mejoraría el sistema.
En un futuro no tan lejano los coches no echarán humo por el tubo de escape, no emitirán dióxido de carbono (CO2) y prácticamente no harán ruido. Funcionarán con baterías que se enchufarán a red. No se trata de un escenario de ciencia ficción, sino del que empiezan a vislumbrar la industria y los gobiernos de medio mundo con un doble objetivo: reducir gran parte de las emisiones que provocan el cambio climático e intentar frenar la dependencia del petróleo. En España, además, los vehículos con baterías podrán contribuir a frenar los altibajos del sistema eléctrico y mejorar su fiabilidad.
La red española sufre picos de demanda y horas valle (de bajo consumo) más pronunciados que los de otros países, lo que dificulta la gestión del servicio. Los expertos consideran que, si el Gobierno incentiva la recarga nocturna de miles de vehículos, se desdibujarán las diferencias, lo que propiciará un refuerzo de la red. Al mismo tiempo, no se perderá por falta de consumo la electricidad generada por las centrales eólicas, más productivas por la noche.
El secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, manifestó que la recarga nocturna de automóviles facilitaría "la capacidad de absorción de una mayor producción renovable, garantizando a la vez la seguridad del sistema". Más entusiasta, José Santa marta, asesor del Gobierno, cree que los coches eléctricos tendrán "la misma fuerza impulsora" para las energías limpias que tuvo "el motor de combustión para la industria petrolera". Santa marta y otros expertos consideran que el sistema eléctrico está preparado para una reconversión paulatina del parque de vehículos. Según el presidente de Red Eléctrica, Luis Atienza, la red prevista para el 2014 permitirá recargar seis millones de coches.
Casi todas las marcas están embarcadas en el desarrollo de prototipos, pero los nuevos modelos son bastante más caros que los automóviles convencionales. Pueden llegar a costar 67.000 euros, por lo que las ayudas de hasta 7.000 euros del Gobierno se quedan cortas. Los especialistas pronostican que los vehículos eléctricos se abaratarán según se reduzca el coste de las baterías (que valen unos 12.000 euros para una autonomía de 100 kilómetros).
Su autonomía aún es muy corta, pero en España la media diaria de kilómetros recorridos en coche es de 22, por lo que los nuevos automóviles servirían para la mayoría de los desplazamientos. Además, se tendrá que crear una tupida red de electro gasolineras. El plan Movele del Gobierno prevé instalar 546 puntos de recarga antes del 2011. En un segundo estadio, la revolución llegará cuando las baterías de los coches permitan almacenar energía necesaria en las horas punta. Ya lo posibilita la tecnología V2G, siglas en inglés de vehicle-to-grid (vehículo a la red), pero este sistema requiere una infraestructura que aún no existe, y por tanto una gran inversión.
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